Wednesday, July 20, 2005

El señor humano y el infinito ñoñismo


El Sr. Humano se siente triste, porque ha llegado alguien más bonito que él a su barrio. No tiene de qué preocuparse, Sr. Humano, porque aunque ahora hay un nuevo chico en el barrio, que es hermoso (se parece a la murraca), lo seguimos queriendo. ¿A quién más se le puede meter la mano completa por la espalda dándole una personalidad sin límites?, dígame usted.
Ahora, no es por hacerle la barba, pero el sombrero que usted trae puesto en la fotografía le da un no sé qué, casi comparable con la simpatía del nuevo chico. Pero no se sonroje tan pronto, no olvide que dije casi, y ese casi no se puede ignorar, después de todo, los ojos del chico nuevo realmente son algo especial, aunque, para su tranquilidad, eso especial que encuentro en los ojos del muchacho no es algo que éste tenga en sí, sino que cuando lo miro, el recuerdo de unos ojos realmente especiales se me viene a la cabeza, unos ojos incomparables que mal haría en describir aquí, con burdas palabras, cuando lo que se necesita es algo más sublime, como esos mismos ojos.

Tuesday, July 05, 2005

para la murraca


si estás leyendo esto, murraquita, es que encontraste lo que buscabas
ahora pasa a recoger tu premio a la sucursal murraçao más cerca de ti.

¡Rumba para todos!



Otro final en espera del gran final



Bien, ha llegado la hora de cambiar de dirección otra vez, así que éste es el último post bajo mhoon, palabra que para mí no tiene significado especial alguno y la usé, provisionalmente, para huir. La h en mhoon, que impide sea exactamente la palabra luna en inglés es por: Harto, pero esa, como dijo hoy la rumbera, es otro historia.


La nueva dirección será fácilmente encontrada por la murraca, estoy seguro de eso.


atte: m.

Monday, July 04, 2005

Ajám, ujúm y demás sonidos especiales



Quieren que escriba.
Quiero escribir.
La segunda sentencia pesa tanto como le puede pesar un horrendo hombre obeso y cochino sobre la espalda a un funambulista en acción, que es ateo y sabe que al caer de la cuerda está la nada (al presentarse esta palabra, es bueno darse un momento para pensarla ), y pelea, pelea, pelea, por no caer, y a la vez, porque el público lo mire, y no deje de mirarlo, de eso depende su trabajo, del público. El horrendo hombre obeso y cochino duerme y babea, a veces se mueve, y el delgado funambulista sigue lentamente avanzando para llegar al otro extremo de la cuerda, que está a cientos de metros de distancia. La desesperación le gana, pero no puede regresar porque resbalaría, tampoco puede tirar al hombre gordo, porque la cuerda que pisa lo lanzaría por los aires al no estar expuesta al peso del gordo; de quedarse parado, el público lo abuchearía y eventualmente también caería. De cualquier forma su destino es la nada. El chiste aquí es que haga lo que pueda, todo lo que pueda, hasta morir de cansancio, ¿Qué mejor muerte que el cansancio? o que el hombre bala lo arremeta asesinándolo por accidente al fallar el tiro, o bien, que el hombre gordo se despierte y se lo coma, ¿Qué mejores muertes que esas?


Por favor, alguien venga y estrújeme.


(¿Acaso los que me rodean comprenden que mi creencia por conveniencia es que después de la vida está la nada? ¿Lo comprendo yo?)