El señor humano y el infinito ñoñismo
El Sr. Humano se siente triste, porque ha llegado alguien más bonito que él a su barrio. No tiene de qué preocuparse, Sr. Humano, porque aunque ahora hay un nuevo chico en el barrio, que es hermoso (se parece a la murraca), lo seguimos queriendo. ¿A quién más se le puede meter la mano completa por la espalda dándole una personalidad sin límites?, dígame usted.
Ahora, no es por hacerle la barba, pero el sombrero que usted trae puesto en la fotografía le da un no sé qué, casi comparable con la simpatía del nuevo chico. Pero no se sonroje tan pronto, no olvide que dije casi, y ese casi no se puede ignorar, después de todo, los ojos del chico nuevo realmente son algo especial, aunque, para su tranquilidad, eso especial que encuentro en los ojos del muchacho no es algo que éste tenga en sí, sino que cuando lo miro, el recuerdo de unos ojos realmente especiales se me viene a la cabeza, unos ojos incomparables que mal haría en describir aquí, con burdas palabras, cuando lo que se necesita es algo más sublime, como esos mismos ojos.
2 Comments:
¡El Sr. Humano es más bonito y galante! Como aquél que me lo presentó.
Además, usted Sr. Humano me seduce casi como el Murraco. Casi.
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