Friday, September 17, 2004

Cómo detener una bala de cañón con los dientes. Pt 1.

escena 1. La conferencia de prensa.
-¡Sr. Fabulástico, Sr. Fabulástico!- Repetían con insistencia decenas de voces disonantes.
-Tú, el joven de los lentes de aviador.
-Gracias Sr. Fabulástico. Roger de XNN. Lo que todo el mundo se pregunta Sr. es, pues, ¿en qué diablos está usted pensando al salir de su retiro y creer que puede parar una bala de cañón con los dientes?
-Jajaja, eres un buen chico, Jhonny
-Roger
-Jajaja, saben chicos, aunque no lo crean yo mismo me hice esa pregunta, sí que me la hice, jajaja, pero luego pensé: heeeey, yo derroté a los más grandes enemigos del pueblo en mis buenos tiempos, ellos eran grandes y fuertes, no como ustedes, los chicos de ahora, jajaja, y saben qué ¡estos son mis buenos tiempos también!, y un montón de chicuelos como ustedes que nunca me vieron en acción, vamos, en ese entonces ni siquiera se había fabricado el condón defectuoso que los causó, no tienen el derecho de cuestionar la última acción heróica de mi vida, jajaja, ¿alguna otra pregunta, chicos?
Decenas de voces llaman al héroe.
-Tú, la señorita de los dientes chuecos.
-Sí, Sr. Fabulástico, Diana de Radio que Radio. Mi pregunta es... ¿Está usted loco?
-Jajaj...- Fabulástico detiene su risa y lanza colérico su enorme cuerpo sobre los periodistas, decenas de gritos se escuchan hasta las afueras de la sala de prensa.

escena 2. Fabulástico platica con su entrenador.
El Sr. Fabulástico, está solo, sentado en una banca de madera en los vestidores de su gimnasio privado. Tiene como siempre su antifaz verde puesto. Se encuentra extenuado después de un fatigoso día de ejercicios. Trae sus pantalones de defensor de la justicia, y una toalla doblada calléndole sobre los hombros. Parece mirar el suelo, sus enormes brazos descanzan en sus piernas.
-No lo sé, Pá, ya no es como antes, la gente de ahora, ellos..., no tienen fe. No creen en nada, Pá. ¿dónde está su espíritu de lucha y justicia?
Fabulástico tiene frente a él una fotografía de él mismo, por lo menos 30 años más jóven a lado de un diminuto viejito, moreno, bigotón, delgado y garrudo. Éste porta una camisa que dice 'coach'. El entrenador tiene la mano izquierda en el hombro de Fabulástico, y con la derecha descanza en su hombro la misma toalla que el héroe lleva ahora en su espalda.
-Extraño los viejos tiempos, Pá- continúa nuestro héroe -cuando los niños se acercaban a mí, a que firmara sus tarjetas con mi foto, ¡Sí que me admiraban! jajaja. ¡Hmph!, pero tú me conoces, Pá, no soy alguien que viva en el pasado, ¡Por eso, síii, por eso es mi deber mostrarles!- diciendo esto fabulástico levanta y saca el pecho, mira hacia arriba y apunta con su mano derecha al cielo- ¡Demostrarles a todos esos vagos, que los héroes existen, que la esperanza prevalece, que YO, El Sr. Fabulástico prevalesco!- en esto se sube a la banca donde estaba sentado- ¡Y lo haré como es mi estilo!, ¡Jajaja!, ¡Mostrando que no existe imposible, Yo, El Sr. Fabulástico, devolveré la fe al mundo! ¡Jajaja!
El castigo del crimen salta de su banquita, y corre hacia las afueras del vestidor, con el aire orgulloso con el que la gente siempre lo ha visto, la toalla ondulando en el aire cual magna capa.

(cont...)

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