Saturday, September 18, 2004

arrugas en la frente

La fantasía de lo cotidiano puso señales muy claras en mi camino el día de hoy.
En la banqueta una pequeña planta crecía entre las grietas del pavimento, había sido aplastada en repetidas ocasiones, y seguía ahí, maltratada pero levantándose. Difícil que esa plantita cambie su lugar de residencia. No puede por ella misma mudarse a una maceta. Yo, preocupado, podría intentar sacarla de ese lugar y transportarla a un jardín, pero es ilegal romper el pavimento(¿y eso a mí qué?) y podría dañarla. Lo más posible es que se quede ahí, creciendo entre arena hecha piedra, siendo pisoteada por cualquier ciudadano decente o indecente que por ventura no mire al piso mientras camina hasta que sus fuerzas no le alcancen para levantarse o sea arrancada del mundo por un zapato arrastrado.
'¿hasta cuándo es suficiente?', le pregunté a la planta
no me respondió. en cambio fue pisada una vez más ahora por unas sandalias distraídas(si pusieran atención, ¿lo evitarían?) y una vez más se levantó imperceptiblemente más maltratada que antes.
Me levanté y me uní al río de personas(es curioso cómo sólo agachándote y quedándote inmóvil puedes evitar ser parte de ello), un señor con bastón me señaló y gritó imperativamente '¡Ayúdame!', no pude evitar asustarme o por lo menos sacarme de onda, luego acercó su mano derecha esperando que le diera dinero. No le dí. Lo evité y seguí caminando.
En fin. Hoy comí ensalada. Mientras estaba en la barra de ensalada llenando mi plato de queso cottage(el más indiferente de los quesos) un señor de bigote laaargo y cano con ojos tristes me miraba directamente. ¿por qué?, no sé. Pero el señor estaba parado al otro lado de la barra, no se servía, ni tenía plato. Me le quedé viendo y no desvió su vista. La situación no era agresiva, sólo nos estábamos mirando. Y así nos quedamos un rato, hasta que me llené de aderezo la mano y me distraje. Terminé de servirme y fui a sentarme a una mesa. El sr. continuó viéndome hasta que terminé de comer y salí del local.
Las señales me rodean y confunden. Mentí. No son claras. Ni siquiera son señales. Sólo cosas que me arrugan por dentro.
Olvidé mencionarlo. Hoy no tengo sentimientos.

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