Friday, September 10, 2004

Y se escurrió el aire en su pintura tras decir ‘te amo’

Ayer 9/9 me encontraba enfermo y torturado por mi ambición de independencia y la necesidad que tengo de trabajar para pagármela. Empezó como un día horrible, no me atreví a bañarme, le tengo un espantoso temor a las frías gotas de agua que salen por la regadera en una fresca mañana. Una vez más me desnudé y pasé media hora en la ducha sin atreverme a abrir la llave, hasta decir ‘ya es suficiente, no te hagas’. Con éste van 4 días seguidos que no me baño por la misma razón el mismo tiempo que tenía sin probar alimento(hasta hoy). Total, con una gripa que exprimía mi cerebro y hacía gotear mi nariz a punto de deshidratación. Sin olvidar el dolor de muelas, dos muelas del juicio saliendo en el mismo lado de la dentadura, que no me permite abrir la boca lo suficiente para engullir alimento que no sea líquido, ni cerrarla para masticar el sólido más diminuto que pueda encontrar dentro de lo comestible; me atreví a ir 9 horas a un trabajo donde hablar es lo esencial y dada mi condición serían 9 horas de esencial tortura, sin posibilidad de conseguir alimento más decente que un Yogurt de fresa(yum).
Por fin la novena hora terminó y me dirigí a cumplir mi compromiso de asistir a la premier de Fahrenheit 9/11 auspiciada por un montón de activistas medio deschavetados que deseaban mi opinión respecto a los pasados atentados policíacos contra los manifestantes de la cumbre de Guadalajara, siendo yo un testigo ocular de la misma cumbre llevada a cabo en Cancún. Disfruté Fahrenheit como se puede disfrutar cualquier cosa hecha por el Sr. Moore. Ya para el final de la película la falta de energías y la sobra de dolor de muelas/oído/garganta/migraña y la combinación de eso con escenas fortísimas de personas sufriendo los estragos de una guerra lograron sacarme de quicio. Cuando los activistas se acercaron a hacerme preguntas que no estaba en posibilidad de responder llegó Mel(Melita) a rescatarme, adivinando por mi facha el mal que me aquejaba. No sé cómo hubiera podido llegar a la casa sin ella. Fue la única persona que me ayudó. Es difícil vivir esas situaciones sin tener una madre cerca para ver por uno. Llegamos a la casa, me llevó a la cama, fue de compras, me dio medicina, limonada, jugo de naranja y estuvo ahí hasta que me dormí, y después de eso.
Llegó la madrugada, las 3 o 4 de la mañana, y escuché cómo tocaron la puerta. Supuse que era mi hermano sin dinero para el taxi, después de un jueves de McMullens, ¡oh, qué error!, era la Srta. Aire/día/nada/arena acompañada de dos de sus amigas. Entraron a la casa pidiendo alojo, pero oh, sorpresa, Mel estaba ahí, prestándose a cuanta mala interpretación pudiera darse. La situación fue más que incómoda. A pesar que he detenido mis relaciones con esas dos mujeres, por mi período de castidad pre-drama futurama, ellas no sabían si la Otra que no conocían era mi amante actual. Cómo no pensar eso con la pinche fama que me cargo, chin.
Nada/aire/día/nadie se fue llorando, repitiendo esas dos palabras que odio pero en pasado imperfecto, sus dos amigas le siguieron consolándola y maldiciéndome en su curso. Mel se encerró en mi cuarto, y abrió la puerta horas después.
¿Yo?, no dije palabra alguna, no pude hacerlo. Mi situación molar no me lo permitió. Y los tres paracetamoles mantuvieron mi cabeza gacha, una mirada triste y desesperanzadora, y por qué no, me sacaron varias lágrimas internas que sólo se externaron fuera de tiempo, al llegar el amanecer cuando mi rostro ya no mostraba emoción alguna.


Datos curiosos:
-Mel aceptó estóica mi revelación. El monstruo puede amar, y no es a ninguna de las protagonistas de la noche.
-Rey/reyna/arena/día tiene novio desde hace 3 años, qué tierno.
-Amiga No. 1 volvió 20 minutos después por su sweter.
-Amiga No. 2 volvió 20 minutos después de amiga No. 1 para entregarme un libro que nadie/nada/aire/arena tenía.


Fue una larga noche de dolor polivalente.

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